domingo, 15 de febrero de 2009

DIGESTION


La digestión es el proceso mediante el cual los nutrientes contenidos en los alimentos ingeridos son degradados enzimáticamente hasta su estructura más sencilla, consiguiéndose así, unidades simples que atraviesan la pared digestiva y llegan al torrente sanguíneo donde desempeñan una función determinada (nutrición celular, fuente de reserva, función de soporte,... etc.).
El aparato digestivo está formado por un largo tubo con diversos ensanchamientos y estrechamientos. A lo largo de dicho tubo pasa el alimento ingerido por la persona y se vierten jugos ricos en enzimas que previamente han sido elaborados por diversas glándulas que se encuentran en situación vecinal con el tubo digestivo.
El aparato digestivo consta de: boca, faringe, esófago, estómago, intestino, recto y ano. A continuación, vamos a conocer, de manera resumida, qué es lo que ocurre en cada una de las porciones del aparato digestivo.

BOCA
En el interior de la cavidad bucal se encuentran la lengua y los dientes.
La lengua es un órgano móvil y musculoso, y en él se encuentra el sentido del gusto.
Existen cuatro sabores: ácido, salado, amargo y dulce, y asiduamente se suele incluir un quinto sabor: el astringente. En la parte delantera de la lengua se sitúa el sabor dulce; en la lateral delantera, el salado; en la lateral posterior, el ácido; y en la parte posterior central de la lengua, el amargo.
La lengua sirve además, para trasladar el alimento al lugar bucal que deseemos, es decir, lo trasladamos para llevar a cabo la deglución o hacia los dientes, etc.
Los dientes se encuentran en la boca formando dos grandes arcadas, y se hallan fuertemente unidos a las encías. Existen cuatro tipos de dientes: incisivos, caninos, premolares y molares. La dentadura permanente consta de un total de 32 piezas. La función de los dientes es la de cortar, desgarrar, aplastar y triturar los alimentos.
En la boca, se mastican los alimentos y se mezclan con la saliva que tiene varias funciones: por una parte, humedece los alimentos y los diluye por lo que permite la percepción de los sabores; por otro, ablanda y aglutina los alimentos para poder ser deglutidos; y finalmente, la saliva contiene la enzima amilasa que degrada los polisacáridos contenidos en los alimentos hasta su forma más sencilla ( monosacáridos, disacáridos, etc.), por lo que para una mejor digestión conviene masticar los alimentos y tenerlos en la boca durante cierto tiempo para permitir la acción del enzima. Si introducimos en nuestra boca un cacho de pan y los mantenemos en ella durante largo tiempo, se podrá apreciar la acción de dicha enzima ya que aparecerá un sutil sabor dulce, señal de que el almidón presente en el pan ha sido hidrolizado a sus unidades más sencillas con la consiguiente aparición del sabor dulce.

FARINGE
Conocida vulgarmente como garganta, es una región común al aparato digestivo y respiratorio y sirve como vía de paso del alimento desde la boca hasta el esófago

ESÓFAGO
Es un tubo de 25 cm. de longitud que comunica la faringe con el estómago. El alimento se traslada hasta el estómago penetrando en él a través de un orificio que se denomina cardias.

ESTÓMAGO
Se halla situado en la parte inmediatamente inferior al diafragma y tiene forma de saco con una capacidad aproximada de dos litros. En su salida se comunica con la primera porción del intestino delgado a través del píloro.
A lo largo de la mucosa del estómago se encuentran diseminadas unas glándulas en forma de tubo que segregan jugo gástrico cuyos componentes principales son la enzima pepsina y el ácido clorhídrico. Otras células situadas a lo largo del estómago segregan mucina de acción lubricante y protectora del estómago (el jugo gástrico tiene un PH aproximado de 2 que es el óptimo para la actividad de la pepsina y constituiría un PH muy agresivo para la pared del estómago).
La pepsina del jugo gástrico actúa sobre las proteínas de los alimentos que se transforman en polipéptidos, que posteriormente podrán ser reducidos por otros enzimas a unidades más sencillas.
A continuación y una vez el bolo alimenticio ha atravesado el estómago, se introducirá al intestino a través del píloro. La papilla resultante del paso del alimento por el estómago recibe el nombre de quimo.

INTESTINO
El intestino es un largo tubo que ocupa la mayor parte del abdomen. Se distinguen dos regiones; intestino delgado e intestino grueso, y a su vez;
Intestino delgado: duodeno, yeyuno e íleon.
Intestino grueso: ciego, colon y recto.
A lo largo de este largo tubo que mide más de ocho metros, se segregan una serie de jugos elaborados.
- Jugo pancreático: Es elaborado por el páncreas e interviene en la digestión de lípidos y proteínas. Sus enzimas principales son la lipasa y la tripsina.
El páncreas se encuentra situado detrás y debajo del estómago. Anatómicamente se divide en cola y cabeza del páncreas. Se vierte el jugo a un conducto (conducto de Wirsung) que desemboca en el duodeno (ampolla de Water).
- Bilis: Se elabora en el hígado La bilis no posee ningún enzima pero juega un papel importante en la digestión ya que gracias a este líquido, se forma una fina emulsión del quimo facilitándose así la acción de la lipasa pancreática para la hidrólisis de los triglicéridos.
El hígado es la mayor víscera del cuerpo y tiene un peso aproximado de 1,5 Kg. Se encuentra situado en lado derecho, debajo del diafragma.
- Jugo intestinal: Es elaborado por glándulas presentes en la propia pared intestinal. Contiene sacarasas, lactasas y maltasas (disacaridasas) y erepsina (peptidasa).
Una vez digeridos los diferentes principios inmediatos, estos atraviesan la pared intestinal y llegan a la sangre.
Por otro lado, nos quedará el material no digerible, agua y algunos minerales en el tubo digestivo, que pasará al intestino grueso donde se encuentra la flora intestinal constituida por multitud de microorganismos, principalmente bacterias, que poseen potentes enzimas que degradan parte de la fibra liberándose azúcares que son fermentados produciéndose pequeñas cantidades de ácidos orgánicos que todavía conservan algo de energía. Estos ácidos son absorbidos, junto con el agua, y nos queda un material más seco que se expulsa a través del ano.
Los nutrientes que han llegado a la sangre siguen diferentes recorridos. El sistema Nervioso Central, a través de las hormonas, se encarga de "dirigir" el destino de cada uno de ellos. Entre los posibles destinos, podemos citar: Los tejidos: para su uso inmediato o almacenamiento; el hígado para la transformación del nutriente en otro diferente y de mayor conveniencia para el organismo en ese momento; o el tejido adiposo en forma de grasa como reserva energética.

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