miércoles, 11 de febrero de 2009

EL ACEITE DE OLIVA


El olivo, un árbol oleáceo originario de Asia Menor, que tarda en formarse, tiene el tronco torcido, copa ancha y ramosa. Es un árbol centenario de tronco grueso y corteza grisácea. Sus hojas son verdes por el haz y blanquecinas por el envés, de flor menuda, cuyo fruto es la aceituna, y aunque no todas las aceitunas son iguales, y por consiguiente, tampoco lo son los aceites que de ellas se obtienen, consiste en una pequeña drupa ovoide con un sabor que se caracteriza por ser muy amargo, color verde amarillento, y una vez madura, la pulpa es aceitosa.

Su historia se remonta a las antiguas civilizaciones. Unos historiadores sitúan su procedencia en el valle del Nilo, otros en el valle del Jordán, Persia y otros en la antigua Mesopotamia, entre los rios Tigres y Eufrates. En cualquier caso se cree que su origen está en tierras bañadas por el mar mediterráneo, entre Siria y Grecia. Ya en las épocas paleolítica y neolítica, se cultivaba para la obtención de aceite de oliva, y los primeros documentos son las tablillas escritas pertenecientes a la civilización minoica en Creta (2500 años a.c.)En el antiguo Egipto también se utilizaba el aceite de oliva, cuya extracción obtenían por medios mecánicos naturales, con finalidad alimenticia y también, para la belleza, tomando baños con aceite perfumado.Fueron los pueblos mediterráneos (Griegos, Fenicios, Romanos, árabes, hebreos, cartagineses, hispanos) los que difundieron el cultivo del olivo y sus aplicaciones.

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