domingo, 15 de febrero de 2009

Los peligros de la sal añadida


Los peligros de la sal añadida
Evite la sal añadida a los alimentos – La sal, o cloruro de sodio, desempeña importantes funciones en nuestro organismo. El sodio contenido en la sal regula la cantidad de líquidos en nuestro cuerpo y coopera en la transmisión de impulsos nerviosos. Por esta razón necesitamos cierta cantidad de sal en la dieta. Se recomienda consumir unos 1500 miligramos de sodio diariamente, esto es menos de la cantidad contenida en una cucharadita de sal. Muchos alimentos contienen sodio en su estado natural por lo que por lo general no es necesario consumir productos con sal añadida o agregar sal a los alimentos. En el caso de los niños e infantes la cantidad debe ser menor. Por ejemplo, la Agencia de Estándares de Alimentos de gran Bretaña recomienda que los bebés menores de seis meses consuman menos de un gramo (1000 miligramos) de sal diario, los que tienen entre siete y doce meses de edad un gramo diario y los que tienen entre 1 y tres años de edad dos gramos diarios. Un gramo de sal contiene alrededor de 400 miligramos de sodio. Existe la preocupación de que el alto consumo de sal en los niños e infantes se traduzca en problemas de salud causados por la hipertensión más adelante en la vida.

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En nuestra sociedad moderna la mayoría de las personas consumen mucha más cantidad de sal de la necesaria. Es enorme la cantidad de productos alimentarios a los que se les añade sal. Algunos productos alimentarios con alto contenido de sal son las carnes curadas con sal, el pescado ahumado o salado, los alimentos precocinados, los perros calientes, la mortadela, carnes enlatadas como el corned beef y las salchichas, los bocadillos (papas fritas, palomitas de maíz con sal, pretzeles, galletas saladas, copos de queso, frutos secos salados), los aderezos y salsas para ensaladas, las aceitunas y el queso. Además muchos de los alimentos que se consumen en los restaurantes de comida rápida contienen una gran cantidad de sal. Un alimento con una gran cantidad de sal no necesariamente tiene un sabor muy salado. Esto sucede debido a que algunos alimentos con altos niveles de sal también contienen mucha azúcar. Por otra parte las papilas gustativas se acostumbran al sabor de la sal, esto hace que no se note tan fácilmente el sabor de la sal en los alimentos.
Problemas causados por excesos con la sal
En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Indiana se encontró que la sal puede contribuir a las enfermedades del corazón, posiblemente contribuyendo a agrandar el ventrículo izquierdo. Esto es especialmente cierto en el caso de algunas personas que por razones genéticas son sensibles a la sal.
Uno de los principales problemas con el exceso de sal en la dieta es la contribución de esta a la hipertensión arterial. Las personas que padecen de enfermedades renales, las personas negras y las personas cuyos padres padecen de hipertensión son especialmente susceptibles a un aumento en la presión sanguínea causado por la sal. Se ha encontrado que la mayor reducción en la presión arterial se produce cuando una dieta alta en frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa además de baja tanto en grasas saturadas como en el total de grasa se combina con una dieta baja en sal. Además de contribuir a la hipertensión arterial, también se ha encontrado que incluso en las personas que no son hipertensas, restringir la sal reduce la presión arterial. Investigaciones llevadas a cabo en la universidad de Tulane parecen indicar que una cucharadita adicional de sal al día tiene al cabo del tiempo el resultado de duplicar el riesgo de apoplejías en personas obesas. Según los investigadores la sal daña las paredes de los pequeños capilares del cerebro y contribuye a un gradual deterioro de la memoria. Aunque existe un buen número de personas que no son sensibles a la sal y el consumo elevado de esta no les hace aumentar su presión arterial, existen otras razones parte de la hipertensión para moderar el consumo de sal. Por ejemplo, el exceso de sal también puede causar inflamaciones de las encías, de toda la cavidad bucal y del sistema digestivo.
Cómo reducir el consumo de salUna forma de reducir el consumo de sal es utilizando sabores alternativos, como, por ejemplo, limón, hierbas, vinagre o especies. Muchas personas se han acostumbrado a consumir alimentos que contienen un alto nivel de sal y piensan que sin sal los alimentos carecen de sabor. Sin embargo, esta percepción es meramente el resultado de que las papilas gustativas se han acostumbrado al sabor de la sal. Sin embargo, luego de varias semanas consumiendo alimentos con menos sal las papilas gustativas se acostumbran a estos alimentos y se comienza a disfrutar el sabor de alimentos con menos sal e incluso sin sal. De hecho una gran cantidad de sal en los alimentos puede tener el efecto de ocultar sabores más sutiles y cuando la persona se acostumbra a consumir alimentos con menos sal puede fácilmente llegar el momento en que los prefiera a los más salados
Evite la sal añadida a los alimentos – La sal, o cloruro de sodio, desempeña importantes funciones en nuestro organismo. El sodio contenido en la sal regula la cantidad de líquidos en nuestro cuerpo y coopera en la transmisión de impulsos nerviosos. Por esta razón necesitamos cierta cantidad de sal en la dieta. Se recomienda consumir unos 1500 miligramos de sodio diariamente, esto es menos de la cantidad contenida en una cucharadita de sal. Muchos alimentos contienen sodio en su estado natural por lo que por lo general no es necesario consumir productos con sal añadida o agregar sal a los alimentos. En el caso de los niños e infantes la cantidad debe ser menor. Por ejemplo, la Agencia de Estándares de Alimentos de gran Bretaña recomienda que los bebés menores de seis meses consuman menos de un gramo (1000 miligramos) de sal diario, los que tienen entre siete y doce meses de edad un gramo diario y los que tienen entre 1 y tres años de edad dos gramos diarios. Un gramo de sal contiene alrededor de 400 miligramos de sodio. Existe la preocupación de que el alto consumo de sal en los niños e infantes se traduzca en problemas de salud causados por la hipertensión más adelante en la vida.

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En nuestra sociedad moderna la mayoría de las personas consumen mucha más cantidad de sal de la necesaria. Es enorme la cantidad de productos alimentarios a los que se les añade sal. Algunos productos alimentarios con alto contenido de sal son las carnes curadas con sal, el pescado ahumado o salado, los alimentos precocinados, los perros calientes, la mortadela, carnes enlatadas como el corned beef y las salchichas, los bocadillos (papas fritas, palomitas de maíz con sal, pretzeles, galletas saladas, copos de queso, frutos secos salados), los aderezos y salsas para ensaladas, las aceitunas y el queso. Además muchos de los alimentos que se consumen en los restaurantes de comida rápida contienen una gran cantidad de sal. Un alimento con una gran cantidad de sal no necesariamente tiene un sabor muy salado. Esto sucede debido a que algunos alimentos con altos niveles de sal también contienen mucha azúcar. Por otra parte las papilas gustativas se acostumbran al sabor de la sal, esto hace que no se note tan fácilmente el sabor de la sal en los alimentos.
Problemas causados por excesos con la sal
En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Indiana se encontró que la sal puede contribuir a las enfermedades del corazón, posiblemente contribuyendo a agrandar el ventrículo izquierdo. Esto es especialmente cierto en el caso de algunas personas que por razones genéticas son sensibles a la sal.
Uno de los principales problemas con el exceso de sal en la dieta es la contribución de esta a la hipertensión arterial. Las personas que padecen de enfermedades renales, las personas negras y las personas cuyos padres padecen de hipertensión son especialmente susceptibles a un aumento en la presión sanguínea causado por la sal. Se ha encontrado que la mayor reducción en la presión arterial se produce cuando una dieta alta en frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa además de baja tanto en grasas saturadas como en el total de grasa se combina con una dieta baja en sal. Además de contribuir a la hipertensión arterial, también se ha encontrado que incluso en las personas que no son hipertensas, restringir la sal reduce la presión arterial. Investigaciones llevadas a cabo en la universidad de Tulane parecen indicar que una cucharadita adicional de sal al día tiene al cabo del tiempo el resultado de duplicar el riesgo de apoplejías en personas obesas. Según los investigadores la sal daña las paredes de los pequeños capilares del cerebro y contribuye a un gradual deterioro de la memoria. Aunque existe un buen número de personas que no son sensibles a la sal y el consumo elevado de esta no les hace aumentar su presión arterial, existen otras razones parte de la hipertensión para moderar el consumo de sal. Por ejemplo, el exceso de sal también puede causar inflamaciones de las encías, de toda la cavidad bucal y del sistema digestivo.
Cómo reducir el consumo de salUna forma de reducir el consumo de sal es utilizando sabores alternativos, como, por ejemplo, limón, hierbas, vinagre o especies. Muchas personas se han acostumbrado a consumir alimentos que contienen un alto nivel de sal y piensan que sin sal los alimentos carecen de sabor. Sin embargo, esta percepción es meramente el resultado de que las papilas gustativas se han acostumbrado al sabor de la sal. Sin embargo, luego de varias semanas consumiendo alimentos con menos sal las papilas gustativas se acostumbran a estos alimentos y se comienza a disfrutar el sabor de alimentos con menos sal e incluso sin sal. De hecho una gran cantidad de sal en los alimentos puede tener el efecto de ocultar sabores más sutiles y cuando la persona se acostumbra a consumir alimentos con menos sal puede fácilmente llegar el momento en que los prefiera a los más salados

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