sábado, 14 de febrero de 2009

UN CONSEJO ADICIONAL


Un consejo adicional:

tenga en cuenta que usted es una persona única. Y que lo que le produce malestares no suele producírselo a sus compañeros, amigos, y ni siquiera a sus hijos. En este sentido, antes de buscar y tomar los medicamentos que han sido formulados para otros, y antes de asumir dietas ajenas, asuma la decisión más oportuna y apropiada: visita su propio médico.


El Ciclo de los Alimentos
Desde el punto de vista químico, los alimentos cuando son consumidos, vienen en forma de moléculas muy grandes que deben ser partidas en sus partes constituyentes más pequeñas para poder atravesar las vellosidades intestinales y llegar a la sangre. Ver Figura 1 y 1a. Esta es la labor de la digestión .
La cocción de la comida, la masticación y la acción de enzimas como la pepsina y la tripsina forman parte de un mismo proceso para descomponer las grandes moléculas de proteínas, carbohidratos y grasas en sus partes constitutivas como son los aminoácidos, los ácidos grasos y los monosacáridos, (los cuales son pequeñas moléculas constitutivas de los carbohidratos como glucosa y fructosa). Estas son las piezas que finalmente atraviesan la barrera intestinal, porque no cualquier sustancia puede entrar a la sangre. Este ámbito está constantemente vigilado por el sistema inmunológico. Cualquier sustancia o molécula que sea reconocida como extraña en el torrente sanguíneo con base en la experiencia inmunológica previa del individuo, desencadena reacciones como la producción de células, llamadas linfocitos T y de anticuerpos, que acuden al sitio para buscar y destruir estos materiales
Esta barrera es una frontera que vigila estrechamente el movimiento de sustancias a través de ella. Si no fuera así, la entrada a la circulación sanguínea de proteínas y otras moléculas de los alimentos sin digerir, sería considerada una invasión de agentes extraños por el sistema inmunológico que actúa como guardia fronteriza, desencadenando una serie de hechos para eliminar estas sustancias extrañas.
Para favorecer sólo el ingreso de las pequeñas moléculas, el intestino delgado está provisto de vellosidades que aumentan la superficie de entrada de los nutrientes y de varias enzimas que descomponen las sustancias sin digerir que están próximas a atravesar la barrera y alcanzar la circulación.
Por otra parte, en el tejido intestinal y sus alrededores existen numerosos ganglios linfáticos llamados placas de Peyet, donde habitan las células defensivas dedicadas a vigilar la entrada a la sangre del material proveniente de los alimentos.
Por varias razones relacionadas con los hábitos de dieta y el consumo de fármacos, este delicado sistema de barrera se deteriora dejando pasar moléculas complejas no digeridas a la sangre con el desencadenamiento de eventos inflamatorios que afectan de forma sistémica el organismo.
A diferencia de las alergias clásicas en que la cantidad del alérgeno como puede ser polvo casero o polen, es mínima y no tiene contacto directo con la sangre, sino con epitelios y mucosas de revestimiento, las moléculas de alimentos sin digerir entran directamente a la circulación en grandes cantidades movilizando una compleja respuesta de sustancias inflamatorias como son la histamina, las interleucinas y las prostaglandinas,
creando un estado de alarma frente al cual las glándulas suprarrenales responden liberando grandes cantidades de adrenalina a la sangre que aumentan la velocidad de la circulación por la constricción del los pequeños vasos arteriales y el aumento del pulso. Este estado, llamado simpaticotónico, puede presentar además elevación de la presión arterial y del nivel de glucosa en la sangre. Es por esto que algunos sujetos han sido tratados como hipertensos o diabéticos sin serlo.
Aunque esta reacción se produce, muchas veces las buenas condiciones de los sistemas inmunológico, endocrino y nervioso del sujeto permite una acción rápida y coordinada que controla el proceso sin que este llegue a presentar síntomas. Pero el paso del tiempo y la continua respuesta inflamatoria a que se ve sometido el sistema por este proceso, incapacita al eje neuro-endocrino-inmunológico por mantener el orden y el sujeto empieza a mostrar síntomas.
En la figura 2 se observa un diagrama de la red de eventos durante el proceso inflamatorio. Aunque usted no entenderá cada detalle de este gráfico se ha incluido para destacar la movilización coordinada de varios tipos de células y también del sistema nervioso y endocrino. Esto significa que no es un evento local que ocurre solo en los intestinos. Involucra todo el sistema y puede dar lugar a los síntomas mas variados según la idiosincrasia del sujeto.
En los primeros estadios esta respuesta de lucha puede pasar desapercibida, pero la alergia a un alimento siempre desencadena el aumento del pulso por la liberación de adrenalina a la sangre. Este factor entonces, es la clave para diagnosticar este trastorno.
Como se Manifiestan estas Alergias ?
Comúnmente las personas afectadas por este trastorno presentan dolor de cabeza recurrente, indigestión, gastritis, estreñimiento, insomnio, desaliento crónico, mareos y vértigos frecuentes.
Estos sujetos han visto disminuir su vitalidad y se sienten muy vulnerables a todo.
A menudo han consultado a varios médicos y los exámenes comunes de laboratorio no indican nada. Por lo que se les dice que su salud es buena y que todo depende de su ansiedad o que aprendan a convivir con esos síntomas.
Pero aparte de estos casos típicos se han observado las siguientes quejas:


Adelgazamiento
artritis
asma
ataques cardiacos
cansancio y desaliento crónico
colitis
conjuntivitis
constipación
depresión
diabetes
dolor de cabeza recurrente
dolor en el pecho
epilepsia
gastritis
hemorroides
hipertensión
irritabilidad
migrañas
mareos
nerviosidad
dolor abdominal
inestabilidad y variabilidad emocional
indigestión
neuralgias
sinusitis
sangrado gastrointestinal
obesidad
sangrado nasal
ulceras bucales
úlceras gástricas
urticaria
La naturaleza alérgica de estos síntomas no se prueba solo por el mero hecho de que las quejas desaparecen después de evitar ciertas comidas específicas.



ALERGIAS BEBES.

Si alguna vez notas que tu bebé está respirando con dificultad, tiene hinchada la cara o los labios o presenta vómitos o diarrea intensos después de comer, llama inmediatamente a tu número local de emergencias. Las reacciones alérgicas graves no se deben tomar a la ligera. Las vías respiratorias de tu niño se pueden cerrar en pocos minutos, por eso no trates de llamar al médico o llevar al bebé a la sala de emergencias. Necesitas paramédicos ahí mismo, lo más pronto posible. Si tu bebé manifiesta sistemáticamente síntomas en las dos horas siguientes después de haber ingerido un alimento determinado, háblalo con el médico. Tal vez te derive a un especialista en alergias infantiles o alergólogo para que le haga análisis. El alergólogo seguramente podrá decirte qué alimento o alimentos son los causantes del problema y si los síntomas son parte de una reacción inmunitaria (que indica la presencia de una alergia), o son un signo de que no puede digerir el alimento (lo que indica que hay una intolerancia alimentaria). Si tu bebé ha tenido una reacción alérgica a un alimento, será conveniente que estés preparada por si vuelve a ocurrir. Aun si la primera reacción fue leve, la próxima podría ser intensa. El médico te puede ofrecer un plan de acción, que incluya instrucciones para manejar una reacción alérgica con epinefrina. Cuando tu bebé crezca, el médico quizás te recomendará que lleves contigo un autoinyector de epinefrina (como por ejemplo EpiPen o Twinject), que te recetará y enseñará a usar en caso de que ocurra una reacción. Estos dispositivos se parecen a marcadores mágicos (rotuladores), y administran de forma automática la dosis justa de epinefrina para detener la reacción alérgica. Están diseñados para niños que pesan por lo menos 33 libras (15 kilos).

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