domingo, 15 de febrero de 2009

NO ENTIENDO DOCTOR


La rutina diaria del médico no sólo se basa en atender, diagnosticar y tratar al paciente sino también en rellenar y descifrar papelitos. Historias clínicas, recetas, certificados, partes... Los profesionales de la medicina destinan una importante parte de su tiempo a estas tareas con el que ponen a prueba y perfeccionan su habilidad para codificar y descifrar datos entre caligrafías horrorosas y un abuso cada vez mayor de siglas y abreviaturas.
Muy a menudo, se piensa que sólo los pacientes y los farmacéuticos que reciben la receta son los únicos que sufren estos escritos ininteligibles. Hace unas horas, por ejemplo, que acabo de conocer un caso en que el paciente no pudo recoger su medicamento de la farmacia porque no había nadie en ella que pudiera entender lo que había escrito en la receta. Casos como esos no son raros, pero también hay casos frecuentes y que no suelen ser tan conocidos: Los propios médicos tenemos problemas para entender la letra de los compañeros.
En mi estancia a lo largo de varios hospitales, rara era la semana (si no el día) en que uno o varios médicos teníamos que juntarnos alrededor de un documento para "sacar en claro" (si teníamos suerte) o "imaginar" (si ese día no éramos tan afortunados) qué había puesto por escrito un compañero de la profesión.
Por ley, las historias clínicas "deben diligenciarse en forma clara, legible, sin tachones, enmendaduras, intercalaciones, sin dejar espacios en blanco y sin utilizar siglas." La utilidad de estos documentos médicos es esencial, no sólo para registrar la historia de enfermedades y episodios asistenciales del paciente, sino también porque es un documento que puede ser solicitado por la Justicia o por el propio paciente (tiene derecho a ello) y puede llegar la situación de que ninguno de los dos llegara siquiera a leer qué pone ahí (y ojo, que no me refiero ya a algo tan elevado como "comprender").
Pero una cosa es lo que pone la ley y otra es la realidad. Y la realidad es que prácticamente ninguna historia clínica cumple los requisitos antes mencionados. La mayoría de médicos poseen una caligrafía más que penosa, lo que dificulta enormemente la lectura de las historias clínicas o cualquier otro documento médico. Y la cosa no es para tomárselo a risa. La mala caligrafía mata a pacientes. Concretamente,
en Estados Unidos alrededor de 7000 personas al año mueren por errores causados por la mala letra de los médicos.
Afortunadamente, la imposición de los ordenadores y la aplicación progresiva de historias clínicas digitales y la redacción de otros documentos por ordenador están aligerando mucho estos problemas y parece que no tendremos que plantearnos seriamente y en un futuro próximo hacer cursos de
cuadernillos Rubio para los galenos. Sin embargo, los problemas para comprender los documentos médicos no terminan con la mala letra, también hay un gran problema que cada vez se toma más en serio: El abuso de siglas y acrónimos.
Hasta tal punto se está abusando de estas formas de abreviatura que se están publicando bastantes artículos y estudios sobre este problema. Como ejemplos:
Uso y abuso de siglas y acrónimos en el lenguaje de la medicina y Uso y abuso de abreviaturas y siglas entre atención primaria, especializada y hospitalaria.
El problema real no es que se utilicen siglas o abreviaturas (aunque por ley, sí que sería un problema), sino en que éstas se utilicen de forma indiscriminada e inventada y sin ningún consenso de la comunidad médica. Por ejemplo, escribir HTA (hipertensión arterial) o RX (Rayos X) sería correcto, puesto que todos los profesionales de la medicina conocen y reconocen estas abreviaturas para esos conceptos. Pero el problema es cuando lees cosas como "coc" (consciente, orientado y colaborador) y "aco" (acostado). Además, hay siglas relativamente conocidas que también pueden dar lugar a confusión porque se utilizan para dos conceptos distintos. Por ejemplo: TEP puede significar tanto tromboembolismo pulmonar como tomografía por emisión de positrones.
Ante las abreviaturas inventadas, o te mueves en el mismo círculo dialéctico que el médico que lo ha escrito y por eso lo comprendes o no te queda otra que preguntarle a él directamente qué es lo que pone. La mayoría de abreviaturas se hacen en urgencias hospitalarias, por las prisas del lugar, pero tampoco se escatima su uso en el resto de servicios del hospital.
Pero para que veamos claramente hasta qué punto llega la magnitud de este abuso de abreviaturas, he escrito una anotación resumida de historia clínica estándar (inventada, por supuesto) haciendo uso de muchas de las abreviaturas que he visto durante mi rotación por varios hospitales. ¿Os atrevéis a descifrarlo? Y que conste que partís con ventaja puesto que leéis una "versión digital", no tenéis que descifrar una caligrafía horrorosa:


CONCLUCION

Hombre de 57 acude a PU remitido por su MdC por Fx en MSD y REG. A: Paciente ACO en TE. Dolor e hinchazón por encima de la muñeca. REG. HTA desde hace 2 años. Exfumador 1 paquete/día desde hace 5 años. No RAM conocidas. EF: Afebril. NC y NH. AC: Normal. AP: Normal. PC: Rx AP. de cúbito-radio. Analítica sanguínea: Hto: 45% Hb: 15. VCM y ADE normal. Dto: Fx. de Colles no articular sin desplazamiento. Tto: Inmovilización férula 6-8 sem.

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