A 25 kilómetros de Jerusalem y 84 de Tel Aviv en dirección este, cruzando un paisaje de montes pedregosos y cañones profundos, se extiende un cuerpo de agua sin par en el planeta.
Situado a 400 metros bajo el nivel del mar y con un agua diez veces más salada que la del océano, el Mar Muerto ocupa el punto más bajo de la superficie terrestre y es el más salado de todos los lagos naturales. No sólo sus aguas son excepcionales, sino también toda la atmósfera sobre él: por ser más densa que al nivel del mar, filtra mejor las radiaciones ultravioletas nocivas y contiene más oxígeno de lo habitual; además, el aire allí es más rico en bromuros, de efecto calmante, que en cualquier otro lugar de la Tierra.
Qué hace tan distinto al Mar Muerto? En sus aguas tan salinas no pueden vivir peces, pero esas aguas proceden del río Jordán y de manantiales de agua dulce. Ahora bien, por estar el lago totalmente rodeado de montañas, las aguas no tienen salida salvo la evaporación, y ésta es muy intensa en el clima caluroso y seco del desierto, donde el sol brilla 330 días al año. Al evaporarse, el agua enriquece la atmósfera con las sales minerales que contiene y deja detrás de sí un lago con 320 gramos de sales por litro y una capa de barro mineral negro y viscoso, de gran valor cosmético, saturado de sustancias benéficas para la salud.
Vacaciones en el Mar Muerto
La zona del Mar Muerto ofrece oportunidades turísticas excepcionales. Provéase usted de lentes de sol, crema antisolar, un sombrero de ala ancha, zapatos cómodos y una cantimplora, y salga a explorar los espléndidos panoramas de la región, su delicado ecosistema y su larguísima historia. Pasee por las orillas del Mar Muerto, salga de safari en jeep por sus alrededores, practique el alpinismo en los acantilados que lo bordean, o acampe en los uadis vecinos, visite Masada o explore las cuevas de Qumrán y admire la fauna de la región: las águilas, las cabras monteses y los híraces o "liebres del desierto".
Qumrán se encuentra en el extremo norte del Mar Muerto. No se puede trepar hasta las cuevas donde fueron descubiertos hace 50 años los famosos Pergaminos del Mar Muerto y fragmentos de ellos, pero sí visitar las ruinas del lugar donde vivió la secta profético-mesiánica cuyos miembros ocultaron esos pergaminos en la cuevas. Estos eran probablemente los esenios, que 2000 años atrás huyeron de la corrupción de las ciudades a la pureza del desierto. Todavía se distinguen los restos de la puerta fortificada, el magnífico acueducto, el refectorio y el escritorio. En el cercano kibutz Almog, se exhiben réplicas de los Pergaminos del Mar Muerto. El kibutz realiza también espectáculos de "luz y sonido" con el nombre de Nueve mil años de asentamiento en la zona, al norte del Mar Muerto.
Más al sur se encuentran tres bellos oasis, que son preservados como reservas naturales: Ein Guedi, Najal Arugot y Najal David. El agua corre en ellos por cañones angostos y empinados, con estanques y cascadas, y una lujuriosa vegetación tropical. Los que gozan de buena vista podrán distinguir los íbices o cabras monteses y los híraces o liebres del desierto, parientes lejanos de los elefantes que pastorearon por la zona en tiempos prehistóricos. Los oasis son lugares de "camping" muy populares, en especial en su parte baja, menos empinada. Los administra la Autoridad de Reservas Naturales de Israel.
El kibutz Ein Guedi, que cultiva dátiles y mangos y cría pavos, ha diversificado sus actividades desarrollando el turismo. Opera un hotel con un jardín de cactus y un minizoológico, y al otro lado de la carretera, un restaurante y un balneario, cuyas aguas provienen de las fuentes termales. Aquellos que prefieran untarse de barro en un marco de cinco estrellas, mejor que sigan más al sur, hasta el balneario de Ein Bokek. Allí encontrarán una docena de hoteles con piscinas interiores con agua del mar Muerto, baños jacuzzi termominerales, sauna y baños de vapor, así como una variedad de tratamientos de salud, tales como aplicaciones de barro caliente, tratamientos faciales, masajes, hidroterapia y muchos más.
A la derecha de la carretera de Ein Guedi a Ein Bokek se alza el monte de Masada, con sus palacios y fortificaciones construidos por Herodes el Grande. Ese fue el último baluarte que luchó contra Roma y después de un sitio que duró tres años, todos sus defensores se suicidaron, prefiriendo la muerte a la rendición. Así cesó en el año 73 la independencia judía, hasta 1948. Un espectáculo de "luz y sonido" presenta la historia de Masada. Se puede ascender a la cumbre por un sendero tortuoso, "la serpentina", o por el terraplén que construyeron los romanos para atacar la fortaleza; para quién prefiera un acceso más cómodo, existe también un teleférico.
Siguiendo por la carretera en dirección sur, se llega al extremo meridional del Mar Muerto. A la izquierda de la carretera, junto al mar, se ven los estanques de evaporación y los edificios de la Planta del Mar Muerto, un gran complejo industrial construido en 1952, que extrae el potasio y el bromo de las aguas del mar y los comercializa en todo el mundo.
A la derecha de la carretera se alza el monte de Sodoma, una montaña de sal de unos 18 kilómetros de largo. En la cumbre se destaca un gran bloque de sal que recuerda una silueta femenina y que es conocido como la Mujer de Lot. El nombre proviene del episodio bíblico según el cual, al huir Lot y su familia de la destrucción de Sodoma y Gomorra, la mujer de Lot se convirtió en estatua de sal por contradecir la orden de Dios de no mirar hacia atrás.
Cerca de donde la desdichada mujer de Lot quedó petrificada, arranca de la carretera un camino de unos tres kilómetros. Al final, se inicia un sendero cómodo, que bordeando un hondo cauce seco, con paredes formadas por capas multicolores de yeso y sal, lleva a la Cueva de la Harina. Lleve una linterna para pasear por la cueva y si se pregunta de dónde le viene ese nombre, mírese la ropa al salir.
Elementos saludables
Herodes el Grande calmaba sus angustias políticas bañándose en las aguas sedantes del Mar Muerto. Lo que Herodes sentía, hoy está demostrado científicamente: las aguas del Mar Muerto tienen propiedades curativas notables y junto con el barro rico en minerales, el agua de las fuentes termales, el clima, la radiación solar atenuada y la atmósfera enriquecida, la zona ofrece condiciones inigualadas de un balneario natural para fortalecer la salud y tratar distintas enfermedades.
Hoy en día decenas de millares de personas de todo el mundo vienen anualmente al Mar Muerto a rejuvenecerse, recuperarse, descansar y relajarse. Vienen a disfrutar de las termas del balneario y a descubrir el desierto. Otros buscan y consiguen un alivio para sus enfermedades cutáneas consideradas incurables, o bien para la artritis, el reuma y últimamente también para problemas respiratorios. De qué modo los ayuda el Mar Muerto?
Radiación solar. El sol brilla en el Mar Muerto casi todos los días del año, pero como la zona se encuentra muy por debajo del nivel del mar, los rayos solares atraviesan una capa atmosférica extra, así como un filtro solar natural, de vapor de agua y de sustancias químicas procedentes del mar, y además, una densa capa de ozono. Todo ello atenúa los rayos ultravioletas nocivos que causan las quemaduras en la piel, de modo que es posible estar más tiempo expuesto al sol sin peligro. Por ello, la región es ideal para la helioterapia. Los pacientes pueden exponerse de tres a seis horas diarias a la radiación solar, que tiene efectos curativos en enfermedades cutáneas y artríticas.
Atmósfera rica en minerales. Como las aguas del Mar Muerto no tienen otra salida que la atmósfera, el agua, al evaporarse, arrastra consigo una importante cantidad de sales, mayormente cloruros y bromuros de sodio, potasio, calcio y magnesio. Los bromuros, conocidos por su efecto sedante, se encuentran en el aire alrededor del Mar Muerto en concentraciones 20 veces mayores que en cualquier otro lugar del mundo.
Aguas termominerales. Las fuentes termales que brotan junto al Mar Muerto son sulfurosas y ricas en minerales, lo que les ha valido la fama mundial por sus altas cualidades hidroterápicas. Las aguas de los manatiales y las del Mar Muerto son tan densas, debido a las sales que contienen, que el cuerpo humano flota y no se hunde.
El barro del Mar Muerto. El barro es un sedimento aluvial saturado de minerales, en especial sulfuros, que conserva bien el calor. Untado en el cuerpo y en la cara, limpia el cutis. Tiene también un efecto benéfico sobre los dolores reumáticos y los artríticos.
Temperatura y humedad. En la zona del Mar Muerto, el aire caliente y seco, junto con las altas temperaturas y el bajo índice de precipitaciones a todo lo largo del año, son muy beneficiosos para los que sufren de artritis. De abril a septiembre, la humedad relativa media nunca rebasa el 33 por ciento, y aunque las temperaturas del verano varían entre 32 y 40 grados Celsius, el calor resulta soportable.
Presión barométrica alta. Situada a 400 metros bajo el nivel del mar, la región del Mar Muerto tiene la más alta presión barométrica del planeta (800 mm). Por ello el número de moléculas de oxígeno por metro cúbico de aire es mayor en un 8 por ciento que en el aire ordinario al nivel del mar. Esto facilita la respiración en general y en especial para quienes sufren de dolencias pulmonares.
Bajo contenido de polen. En esta región desértica, con muy escasa vegetación, el aire contiene muy pocos alérgenos, lo cual es benéfico para ciertos tipos de asma.
Terapias del Mar Muerto
Climatoterapia para enfermedades cutaneas
Los afectados por la psoriasis fueron de los primeros en beneficiarse de la climatoterapia en la zona del Mar Muerto, en 1958. Desde entonces constituyen una elevada proporción de los que vienen a los balnearios de la región en busca de alivio a sus dolencias. La psoriasis, que afecta al 3 por ciento de la población mundial, se manifiesta por lesiones escamosas, a menudo con picazón y hasta ahora no tiene cura conocida. Los corticoesteroides y otros fármacos usados para tratarla no siempre tienen éxito y suelen tener serios efectos secundarios.
La climatoterapia, en cambio, no tiene efectos secundarios y se anota un alto nivel de éxitos. Combina una exposición creciente al sol, con baños en las aguas ricas en minerales del Mar Muerto. Según se cree, la radiación solar actúa directamente sobre la piel o indirectamente en el sistema inmunitario; como la luz ultravioleta nociva está atenuada en la zona del Mar Muerto, los pacientes pueden tolerar allí mayores dosis de exposición solar sin efectos perjudiciales. Las aguas del mar, con su rico contenido de sales de magnesio, calcio, cloro y bromo, refuerzan el efecto terapéutico del sol. El alto contenido de oxígeno y de bromuros de la atmósfera y la tranquilidad y belleza del lugar también ejercen un efecto positivo. El tratamiento de la psoriasis en el Mar Muerto produce mejorías del 75 al 90 por ciento y las recaídas son menos graves.
El éxito notable logrado con la psoriasis alentó a los médicos a aplicar la climatoterapia a otras afecciones cutáneas, tales como la dermatitis atópica y los eczemas. En la primera, la intensa picazón que la acompaña requiere más tiempo que la psoriasis para responder al tratamiento, seis semanas en lugar de cuatro, pero el efecto es notable: el 97 por ciento de los pacientes mejoran con el tratamiento en el Mar Muerto y en el 70 por ciento la mejoría es drástica. Con modificaciones apropiadas, la climatoterapia se ha mostrado eficaz también en el tratamiento de los eczemas.
Balneoterapia: Aplicaciones de barro del Mar Muerto y baños en aguas sulfurosas para la artritis
Los factores causantes de más de un centenar de afecciones artríticas (inflamatorias, congénitas o adquiridas) se desconocen; los tratamientos usuales no suelen ser eficaces. En el Mar Muerto, el programa supervisado para el tratamiento de los artríticos alcanza cifras récord de mejoría e incluso de eliminación de los dolores y de la rigidez articular.
Los tratamientos en el Mar Muerto combinan tres formas diferentes de aplicación de calor y minerales a las articulaciones para mejorar la circulación sanguínea. La primera es la aplicación de barro peloterapia que consiste en untar al paciente con barro mineral caliente del Mar Muerto, por no más de 20 minutos al día. El calor (que el barro conserva muy bien), la concentración de sales en la piel y el relajamiento forzado inician el proceso curativo. El segundo método de tratamiento es el de los baños termominerales o la balneoterapia. El artrítico toma cada día uno o dos baños de 15 minutos cada uno en aguas termominerales, ricas en sulfuros. El tercer método consiste en bañarse cada día en el Mar Muerto (talasoterapia).
Estudios clínicos han demostrado que la balneoterapia ocupa un lugar importante en el tratamiento de los pacientes con trastornos articulares inflamatorios o no inflamatorios, tales como osteoartritis (en particular de la rodilla, la cadera y la columna vertebral), artritis psoriática y artritis reumatoide activa. Si bien este tratamiento no cura dichas dolencias, alivia el sufrimiento durante semanas y a veces meses, y reduce las dosis de fármacos necesarios.
Las enfermedades respiratorias en la atmosfera rica en oxigeno del Mar Muerto
Otros pacientes que acuden al Mar Muerto son los afectados por enfermedades respiratorias. Debido a la mayor presión barométrica junto al Mar Muerto, el aire contiene allí un ocho por ciento más de oxígeno que al nivel del mar.
Este aire limpio, seco, exento de alérgenos hace que la zona sea un paraíso para quienes sufren de afecciones pulmonares, tanto los hipóxicos (broncopulmonía crónica obstructiva) como los de estadio último (hipoxemia crónica, enfisema y fibrosis cística). Muchos pacientes con insuficiencia pulmonar, que necesitan normalmente un suplemento artificial de oxígeno, pueden respirar sin él a orillas del Mar Muerto, tanto de día como de noche. Más importante aún es que su nivel de oxígeno en la sangre sube de un modo significativo.
Afecciones asmaticas
Muchos asmáticos se sienten bien en la zona del Mar Muerto, donde la atmósfera es más rica en oxígeno y está exenta de contaminantes de origen industrial y de polen.
La funcion cardiaca y el sistema cardiovascular
La atmósfera del Mar Muerto, cálida y rica en oxígeno por la mayor presión barométrica, ha demostrado ser también benéfica para los operados del corazón. Después de una cirugía de las válvulas coronarias, el suministro de sangre al músculo cardíaco disminuye primero de forma marcada y luego vuelve a subir. Esto puede tener un efecto perjudicial sobre el ritmo cardíaco. Los pacientes que antes de una intervención de válvulas coronarias pasan unas tres semanas junto al Mar Muerto, en el invierno templado de la región, no manifiestan cambio en el ritmo cardíaco después de la operación. En cambio, en los pacientes que no se someten a esta preparación, se observa después de la operación una mayor rigidez diastólica y una disfunción diástolica agravada.
Hipertension
La presión arterial, sistólica y diastólica, tanto en pacientes hipertensos como en normales, baja después de dos días de permanencia en la zona del Mar Muerto. Observaciones recientes sugieren que una alta presión arterial no es una contraindicación en los tratamientos en el Mar Muerto.
Descanso, relajamiento y naturaleza
Si el sol, el agua, el aire y el barro de la región del Mar Muerto hacen tanto bien a los enfermos qué es de los que sólo están tensos o cansados? Los nerviosos, estresados o meramente cansados acuden por millares a relajarse en las piscinas de agua termomineral caliente y a flotar sin esfuerzo en las densas aguas del Mar Muerto. Se revuelcan en el barro del Mar Muerto, rico en minerales, que estimula la circulación sanguínea y ejerce un efecto hidratador en la piel, toman el sol con menor peligro de quemaduras de los rayos ultravioletas e inhalan ávidamente el aire rico en oxígeno. Todo ello lo completan con la variada gama de actividades y tratamientos que les ofrecen los hoteles y balnearios de la región.
Los laboratorios del Mar Muerto, herederos modernos de la elaboración, en esta misma región, de bálsamos carísimos para uso cosmético en la antigüedad, usan los minerales del Mar Muerto para producir máscaras de barro, sales de baño, champús, limpiadores del cutis, cremas nutrientes, cremas de manos, lociones y cremas desmaquillantes, lociones tonificantes y astringentes, geles de baño y de ducha y cremas solares. Incluso ofrecen un barro mineral purificado. Con todos estos productos, los visitantes pueden gozar de los efectos benéficos del Mar Muerto aún después de regresar a sus hogares.
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